Su último deseo. Dee Rees. Ficha técnica y crítica.





UNA MUJER CON EL AGUA AL CUELLO EN UN CONTEXTO DE REPRESIÓN REACTIVA SOSTENIDA




Ficha técnica:


Título original: The Last Thing He Wanted
País: Estados Unidos
Año: 2020
Duración: 115 minutos

Dirección: Dee Rees
Guión: Dee Rees, Marco Villalobos, basado en la novela de Joan Didion, escrita a partir del guión de Dee Rees
Casting: Patricia Alonso (Puerto Rico); Billy Hopkins, Ashey Ingram
Dirección de Fotografía: Bobby Bukowski
Música: Tamar Kali-Brown
Edición: Mako Kamitsuna
Dirección artística: Fernando Carrión
Decoración del set: Olivia Peebles

Diseño de Vestuario: Ane Crabtree
Jefe de Departamento de Maquillaje: Allan A.Apone
Jefe de Departamento de Peluquería: Sherry B.Hamilton

Productores: Cassian Elwes, Dee Rees, Luillo Ruiz
Productores ejecutivos:Wayne Marc Goderey, James Harris, Roert Jines, Walter Josten, Marc Cane, Cyril Megret, Jamn O'Brien
Diseño de producción: Inbal Weinberg
Compañías productoras: Elevated, Little Red Hen Productions, Netflix



Intérpretes:


Anne Hathaway: Elena McMahon,
Ben Affleck: Treat Morrison,
Rosie Pérez: Alma Guerrero,
Willem Dafoe: Dick McMahon,
Edi Gathegi: Jones,
Onata Aprile: Cat McMahon,
Toby Jones: Paul Schuster,
Ben Chase: Max Berquist,

Sinopsis:


Una dura reportera se ve envuelta en una historia que quiere publicar cuando ayuda a su padre enfermo a negociar un trato de armas con Centroamérica.



Lo que se dice:



La película que dirige Dee Rees no ha encontrado una buena acogida en la prensa de un lado y otro del Atlántico, y el público no ha tenido tiempo de manifestarse por su reciente estreno en la plataforma de Netflix. Esta circunstancia encuentra reflejo en la nota media de las páginas españolas Filmaffinity e Imdb; la primera ofrece una nota media de 3,6 , basada en 109 votos, una media que la segunda eleva un poco, 4,3, a partir de una muy modesta participación de usuarios: 1774.. El Tomatometro de la página Rotten Tomatoes no da todavía datos.

Los argumentos de los llamados ahora críticos profesionales, es decir los que escriben en los grandes rotativos, de formación variopinta, se lamentan de que el film suponga un paso en falso de una directora muy talentosa, confusa en todos los sentidos (John DeFore, The Hollywood Reporter); una enorme decepción, un fracaso en todos los aspectos se mire como se mire (Benjamin Lee, The Guardian); estructura confusa para tratar un argumento complejo (Tomris Laffy, Variety); un producto que le hace un flaco favor al elenco de estrellas seleccionadas (Kate Erbland, Indiewire); película repleta de ideas que no encajan entre sí, como sacadas de contexto (Angie Han, Mashable)...


Crítica:


Pocas veces la prensa llega a un acuerdo no consensuado tal que se manifiesta en argumentos muy parecidos y con los que todos podemos estar de acuerdo. Dee Rees, una guionista y directora de cine racializada, nacida en Nashville, que cuenta una historia, basada en la novela del mismo nombre de Hilary Jordan. Mudbound,  que fue nominada en 1917 al Mejor Guión Adaptado de los Premios Oscar, y que ha trabajado profusamente en la escritura de guiones televisivos y en la dirección de algunos capítulos de series como Empire, ha fracasado estrepitosamente en la película que ha dirigido para Netflix, y en la que ha contado con un elenco nada despreciable de actores, entre los que se cuentan Annte Hataway, Ben Affleck, Willem Dafoe o Toby Jones. Dee Rees ha fracasado en la creación de un contexto en el que el cine norteamericano se ha sumergido con frecuencia con mucho éxito y ha dado grandes películas, con indiferencia de que el realizador se llamara Costa-Gavras o Denis Villeneuve, extranjeros fichados por la Meca del Cine, y sus protagonistas fueran golpistas centro o sudamericanos, narcotraficantes, activistas o agentes de la CIA.

Dee Rees ha creado una figura femenina potente, real, pero que no puede contrarrestar la confusión que reina en el contexto que se ha creado para ubicarla, en el que se ha prescindido del milieu, huyendo, quizás del relato naturalista, el de las grandes ideas, y sustituyéndolo por los trozos de las piezas que cambian de forma cuando movemos el caleidoscopio. No es la madre de Bong Joon-ho, sino la mujer que sacrifica parte de su maternidad (¿Como haría un hombre?) en la persecución del ideal de ser humano, que busca  el origen de de las prácticas inhumanas del hombre, primero el quien y luego el por qué, en tierras sembradas de criminales. En el testamento, pronunciado por teléfono, le deja a su hija Cat un consejo:"A veces discutimos, pero creo que sabes que si lo hacemos es porque quiero que tu vida sea feliz, que no pierdas el tiempo, no desperdicies tu talento, ni permitas que la opinión de los demás te haga dudar de quien eres realmente." No es Madame Bovary ni Anna Karénina, no abandona a su hija por el amor de un hombre, sino por su desarrollo como ser integral, dejándola en un internado de lujo.

Alguno de los  aciertos del film residen en el diseño de este personaje femenino, interpretado por una actriz esplendorosa a la que se ha hecho ganar algún kilito, se han redondeado algo sus formas, lo que no le resta senso, pero aumenta su apariencia de cercanía a la mujer que no se maquilla, que no usa la máscara que le impone la sociedad patriarcal, y que, entre otros avatares adversos (no ha podido acceder a la Universidad porque su padre era un traficante que se negaba a declarar su profesión y la institución le negaba las becas) ha superado un cáncer de mama, causante de una mutilación que la cámara muestra con una naturalidad muy loable, y dedica su vida a la búsqueda de una respuesta sobre el origen de un mal que la desestabiliza. Nadie puede negar el acierto en la mirada a la mujer, sin embargo, a costa de despreciar la ubicación de una historia en un contexto más amplio que pueda explicar las razones que tienen los personajes para actuar de una determinada manera hace naufragar el barco.

Es imposible dilucidar a qué juega cada uno de estos personajes, qué papel tiene el agente interpretado por Ben Affleck, o por el keniata Edi Gathegi, que ha trabajado para el actor que ha representado, junto a Michael Keaton o Christian Beale, entre otros, al 'Caballero oscuro',  en 'Adiós, pequeña, adiós', (2007), ni qué papel juega el Frente Nacional Farabundo Martí, nacido en el Salvador y sujeto a vaivenes políticos que lo llevaron desde el poder a la guerrilla, en un viaje constante por todos los países de Centroamérica que carece de una explicación plausible. Incluso no se entiende bien por qué razón Elena McMahon participa en una misión de contrabando de armas de guerra  y se enreda con estos personajes a los que ha combatido toda su vida, para cumplir con el deseo de un padre moribundo, aunque luego se quiera transformar esta decisión en un intento más de entender la materia de que están hechos los hombres. No se puede despreciar hasta tal punto el contexto cuando se quiere construir el personaje de una heroína, y ese es el principal fallo de Dee Rees, que ni tan siquiera puede salvar al otro personaje femenino, protagonizado por la actriz Rosie Pérez, una mujer también racializada, de nombre hispano, nacida en Brooklyn, que fue descubierta por Spike Lee y convertida en partner del director.activista en 'Haz lo que debas', Spike Lee, quizá la obra maestra del cineasta de Brooklyn que lucha contra la gentrificación del distrito. Ni tan siquiera la normalización de las diferentes opciones sexuales de sus personajes, que se dividen casi a partes iguales en cis y transexuales, obviando el fenotipo, salvan el film de la empanada mental en que se inscribe el relato, que oscurece por completo un subtexto muy debilitado.

Cabe destacar el trabajo a Anne Hataway, una actriz muy convincente y cercana, que salva partes concretas del film.

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