Olive Kitteridge. Lisa Cholodenko. Crítica.
NO ES BUENO QUE EL HOMBRE ESTÉ SOLO
Ficha técnica, sinopsis, premios, lo que se dice (Pinchad aquí)
Lisa Cholodenko es una cineasta magnífica para profundizar, con un lenguaje sencillo y directo, sin grandes virguerías discursivas ni un lenguaje dialógico excesivo, en las familias de cualquier tipo, ya estén constituidas por un par de pater familias que se reparten el poder, como ocurre en 'Los chicos están bien', u otras en las que un miembro de la pareja lo ejerce de manera casi totalitaria, bien por estar más capacitado para dirigir su hogar, bien por inhibición del otro o por falta de carácter como ocurre en Olive Kitteridge, una mujer que se ha endurecido hasta resultar desagradable a costa de renuncias. Ninguno de sus personajes es per se bueno ni malo, aunque acaban convirtiendo su convivencia en insoportable en determinados momentos.
A lo largo de cuatro episodios, la cineasta abre un pequeño boquete en el hogar de los Kitteridge y nos permite, como auténticos voyeurs observar lo que ocurre entre las cuatro paredes de la casa, aunque también nos permite fisgonear en las aulas donde Olive, la auténtica profesora-hueso, da clases, el interior del coche de un colega, magníficamente interpretado por el director de 'Las hermanas de la Magdalena', con el que establece un discreto romance que el espectador intuye desde el primer momento en que aparece en pantalla comiendo una manzana, (la fruta bíblica prohibida), o en algunos y concretos espacios exteriores en los que se relaciona con algunos alumnos y sus madres. Richard Jenkins representa el papel del amable Henry, el farmacéutico un tanto infantil, que protege a una fronteriza ayudante de su farmacia, interpretada por Zoe Kazan (la nieta de Elia kazan, el realizador que denunció a muchos compañeros durante la Caza de Brujas que llevó a cabo el Comite de Actividades Antiamericanas, impulsada por el Senador MacCarthy), al que Olive y su hijo llaman 'la ratona'.
La otra pata de la mesa la constituye el hijo Christopher, un papel que corre a cargo del adolescente de 13 años Devin Druid, y del adulto John Gallaghe Jr., acosado por una madre que hace también de padre, y un progenitor incapaz de defenderse del acoso de una esposa insatisfecha a la que regalar un ramo de flores es casi como darle un manojo de cardos. Con estos sencillos mimbres, con los que le quedan restos para demoler unas instituciones que han mostrado su rapacidad en la primera pandemia global, las residencias de ancianos y mayores discapacitados, levanta un edificio elegante, que muestra que la vida cotidiana puede llegar a ser más cruel que un film de terror; en nuestro pequeño mundo se dan, en mayor o menor grado, se todas las crueldades, algunas innecesarias, de las que se sirven los novelistas y guionistas de cine. Especialmente desagradable es la secuencia en la que Olive va a Brooklyn, a un brownstone descuidado, que ayuda a sufragar un inquilino en el primer piso, lejos de Maine, un lugar que el joven ha elegido para poner tierra por medio entre él y sus padres; su primer matrimonio fue un fracaso, y el segundo, una relación como mínimo preocupante, casado con una chica que se ha divorciado dos veces, heredando de cada matrimonio un hijo, y ahora espera un tercero de Christopher, un podólogo que ya no le pide, a pesar de su juventud, demasiado a la vida.
Cuando todo se ha derrumbado a su alrededor, y aquello por lo que ha luchado ha fracasado, incluido el futuro de su hijo, muy diferente al soñado por la intransigente profesora, ésta encuentra a un hombre tirado en el suelo del bosque, al que ha acudido a cumplir un plan preconcebido, interpretado por Bill Murray, conteniéndose para no hacer de sí mismo, e inicia una corta y tormentosa relación de amistad, que termina con una de las imágenes más bellas que ha dado el cine: ambos viejos, tumbados en la cama y unidos en un abrazo fraternal. La humanidad abrazando a la humanidad. No es bueno que el hombre esté solo. Un gran epitome de la vida de cualquiera de nosotros, en la que concurren todos los sentimientos y emociones que muchas veces no podemos contener.
Disponible en HBO.
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