Las de la última fila. Daniel Sánchez Arévalo. Ficha de identificación y crítica.

 


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UN FILM QUE CONECTA CON LA SENSIBILIDAD LGTBI Y TRANS DE LAS CENTENNIALS, AL QUE SESUMAN ALGUNAS MILENNIALS. UNA SENSIBILIDAD, UN LOOK Y UN MODO DE ESTAR EN EL MUNDO QUE VA ADQUIRIENDO PERFIL PROPIO MUY RECONOCIBLE, MUY ALEJADO DE LOS MOVIMIENTOS FEMINISTAS QUE SE INICIARON CON LAS REIVINDICACIONES  DE SUFRAGIO UNIVERSAL DE LAS MUJERES.


Ficha de identificación:

Título original: Las de la última fila
País: España
Año: 2022
Temporada 1; episodios 6; duración: 45 minutos
Género: cine español de género

Dirección: Daniel Sánchez Arévalo
Guion: Daniel Sánchez Arévalo
Casting: Ana Saiz Trápaga, Patricia Álvarez de Miranda
Dirección de Fotografía: Juana Jiménez, AEC
Supervisión musical: Juan Ibáñez
Montaje: Miguel Sanz Esteso
Supervisión VFX: Juanma Nogales
Dirección artística: Yasmina Tous, Curru Garabal
Decoración del set: Raquel Haro Dominguez

Diseño de  vestuario: Nazareth Colomina
Maquillaje: Karmele Soler
Peluquería: Sergio Pérez Berbel


Productora: Cristina del Campo
Productores ejecutivos: José Antonio Feliz y Christina Sutherland, Alberto Felez y Daniel Sánchez Arévalo
Dirección de producción: Cristina del Campo Alonso
Diseño de producción: Curru Garabal
Compañía productoras: Atípica Film; distribuidora: Netflix

Reparto:

Javier Rey:David
Itsaso Arana: Sara
María Rodríguez Soto: Carol
Mariona Terés: Leo
Mónica Miranda: Alma
Godeliv Van Den Brand: Olga
Macarena García: 
Melina Mathewus: 



SINOPSIS:


Cinco mujeres millennials treintañeras, nacidas en el siglo XX, si amigas íntimas desde el colegio (¿concertado?) y todos los años sin excepción organizan una escapada de una semana juntas. Las circunstancias de este año son especiales, porque a una de ellas le acaban de diagnosticar un cáncer. La sinopsis termina con una frase lapidaria: "Hay viajes que te cambian la vida para siempre. Hay vidas que te cambian los viajes para siempre".


LO QUE SE DICE:


No hay todavía valoraciones numéricas ni reseñas. Las espero.


CRÍTICA:

El director de "AzulOscuroCasiNegro', 'La gran familia española' o 'Primos' desembarca en el maltrecho  espacio de una era marcada por la crisis económica de 2008, desencadenada por el fraude de Lehman Brothers, del que nos informa sin dejarse ninguna de sus ramificaciones, legando un testimonio vivo e imprescindible del momento, Martin Scorsese en 'El lobo de Wall Street',  un fiasco que dio lugar a la primera crisis global que allanó el camino a la primera pandemia mundial de la que no logramos salir, y contrastando, no solo en la forma y el fondo del discurso del norteamericano, sino con una política de autor y sirviéndose de una ideología que no solo se sale de la trayectoria marcada por un guion de un momento deprimido de la Historia, sino realizando un relato epifánico, elegíaco sin fisuras, didáctico, y en algún momento deformante de la realidad, rozando el ridículo,  que todos hemos vivido, construye un discurso superficial; una alabanza al movimiento líquido y transversal de las centennials, protagonizado por millennials que se acercan peligrosamente a la cuarentena, excediendo con mucho la barrera de 30 años, cuando la mujer, desde su perspectiva deja de ser deseable, no desde la de Sophie Hyde en 'Buena suerte, Leo Grande'  que alarga la edad sexual activa de la mujer hasta que ella así lo decida, y nos muestra un desnudo físico y psicológico de una mujer como Emma Thomson que ha pasado a la vida inactiva, la de la jubilación y quiere sentir por primera vez un orgasmo, y se  busca, esta si, al tan despreciable scort o gigolo, para sentir el deseo sexual por primera vez, después de 31 años de matrimonio, una mujer que nada tiene que ver con las madres de las protagonistas del film de Daniel Sánchez Arévalo, arrinconadas por sus hijas, como sus kellys,  y cumpliendo el papel secundario y muy convencional  de cuidar a las familias de éstas o enseñarles a hacer torrijas; ¿para qué si no están las madres que hace mucho tiempo dejaron de tener 37 años?. Y es que, como decía Jenaro Talens a sus alumnas y alumnos de finales del siglo XX y comienzos del 21, en la recién estrenada carrera de Comunicación Audiovisual, las mujeres se harán oír cuando ellas elaboren el discurso, parafraseando a teóricas del discurso fílmico como Julia Kristeva

En el universo del feminismo académico hay teóricas como Gayle Rubin o Judith Butler, impulsoras del pensamiento científico Queer y activistas, o  escritoras y ocasionalmente cineastas como Virginie Despentes, de 53 años, creadora del libro de ensayo 'Teoría King Kong', en el que relata sus vivencias cercanas en el espacio de la violación y la prostitución (ejerció como prostituta), que milita en el ámbito de la literatura trash o sucia, una de las escritoras más leídas de Francia. Estas mujeres forman parte del feminismo que inició su marcha con las sufragistas, y que se ha roto en mil pedazos con la irrupción de un movimiento adolescente que se orienta más a las reivindicaciones lgtbi y trans, caracterizado por el hembrismo que desaloja del espacio feminista a las mujeres que han dedicado su vida a él, sustituidas por personajes como los del film, que dicen estar viviendo la  'Era Despentes', una misógama  que alcanzó la cumbre de la fama con su película 'Baise-moi' (1993), una película sobre la que escribimos en 2016 y reeditamos en 20021, que se estrenó hace casi  ya 30 años, por lo que 'Las de la última fila' son unas mujeres que no pertenecen a la 'era Despentes' ni de lejos, por mucho que sus letras intenten ser radicales, sin llegar a ser muy sucias, en la expresión más que el contenido cuando afirman que 'las mujeres nos morreamos con la vida  hasta que nos sangren las encías" mientras oyen a Julio Iglesias en su coche, y su realizador crea el ambiente con música retro como 'Mira que eres linda' de Machin interpretada por cantantes actuales que encubren su falta de inspiración con estos juegos, una atmósfera que contrasta con el  fervor  de unas mujeres que ven que la juventud se les escapa y quieren sentir algo nuevo actuando como las adolescentes que ya no son; unas están casadas y tienen hijos, otras permanecen solteras, pero todas tienen 37 años, como confiesa una de ellas, una edad que ya casi toca su líder musical, Rigoberta Bandini, que compone sus canciones con una guitarra acústica firmada por Julio Iglesias. Y ¿cómo lo sabemos?, porque han sido educadas en un colegio concertado, 'Colegio Amanecer', ese tipo de instituciones que, a diferencia de las públicas, acogen a sus alumnos desde la guardería hasta la entrada en la Universidad, los sientan por orden alfabético, provocando que por el azar de la inicial de sus apellidos, unas chicas (se supone que el colegio es segregado, es decir, no hay chicos en su orden alfabético, y eso tiene otro tipo de connotaciones) acaban siendo amigas porque se han sentado juntas en clase un montón de años (no hay hombres en el grupo); cuando el cáncer ataca a una de ellas y sienten que el fin (metáfora de la declinación de la juventud?) llega pronto, deciden hacer lo que no han hecho nunca; frecuentar locales de ambiente, tener experiencias con los/las del mismo sexo, ya sean chicas/chicos o chiques, aunque se muevan en un campo limitado en el que predominan los prejuicios adquiridos en su educación..., probar las drogas, robar, -una de las anécdotas más bizarras de la historia que les permite meter con calzador a Rigoberta...y se acabó la imaginación-. No falta en el grupo la mujer con sobrepeso, el símbolo de la defensa de la diversidad, con plena conciencia de que es un 'cayo malayo',  la presencia de una youtuber con muchos seguidores, ni la tentación de iniciar a su público, como si de una lección se tratara en la terminología inclusiva de la Ley de Igualdad y trans, fruto de todos sus esfuerzos, (scorts, micromachismo o manslaining, concientización, introducción del género ¿neutro?, hembrismo, poligamia (en lugar de poliginia) frente a poliandria, y poco más ).

No sé si 'Las de la última fila' gustará a las centennials que se verán desnudas ideológicamente en pantalla ante quienes miran atónitos este relato visual, sin demasiado que enseñar; un relato que nos ha llevado todo el tiempo en una dirección para desembocar en un giro final desconcertante y condescendiente que hace bueno el refrán de que 'a perro flaco todo son pulgas' y que hace caer el castigo divino a quien tiene sobrepeso no porque su naturaleza lo imponga a sí, sino porque se infla a ganchitos, bebe cervezas sin parar y no está nada satisfecha con su cuerpo. La serie está dividida en 6 capítulos de 45 minutos. Los tres primeros son más atrevidos, 'sexo droga y...Julio Iglesias', el cuarto desvaría un poco con un análisis de conciencia, reparar sus almas pecadoras tras todo el daño que hicieron en el pasado (una de ellas va pagando por las tiendas lo que sus amigas roban'), y los dos últimos no se sabe por dónde cogerlos : decir la verdad ¿? o despedirse. ¿Cómo han cambiado sus vidas con este viaje trascendente? A mí se me escapa. Las nuestras se han puesto bastante al día sobre el camino que no queremos recorrer. En relación a la forma, esta es tan superficialmente rompedora como el fondo, con algunos truquitos cuyo significado no se entiende bien,  que me reafirma en la idea de que nunca  ha sido más acertado el axioma de que el fondo es la forma. A mí sólo me ha ratificado lo que ya sabía, aunque hay muchas cosas que reservo para futuras ocasiones.








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