Enola Holmes 2. Harry Bradbeer. Ficha de identificación y crítica.

 


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EL ALTER EGO FEMENINO DE HOLMES. ADVERTENCIA A ENOLA: "A LOS CABALLEROS LES GUSTAN LAS BARATAS, PERO SE CASAN CON LAS CARAS".


Ficha de identificación:



Título original: Enola Holmes 2
País: Reino Unido
Año: 2022
Duración: 129 minutos
Género: Comedia de intriga, acción

Dirección: Harry Bradbeer (director de series)
Guion: Jack Thorne, basado en una historia propia y de Harry Bradbeer, basada en la novela de Nancy Springer
Casting: Orla Maxwell
Dirección de Fotografía: Giles Nuttgens
Música: Daniel Pemberton
Edición: Adam Bosman
Dirección artística: Will Coubourgh
Decoración del set: Luca grandi

Diseño de Vestuario: Consolata Boyle
Diseño de peluquería y maquillaje: Peter Swords King

Productores: Millie Bobby Brown, Paige Brown, Alex García, Ali Mendes, Mary Parent
Productores ejecutivos: Haeey Bradbeer, Michael Dreyer, Joshua Groder, Jack Thorne
Diseño de producción: Michael Carlin
Compañías productoras: Legendary Entertainment,  Netflix, PACMA Productions, Warner Bros.; distribución: Netflix


Reparto:


Millie Bobby Brown: Enola Holmes
Henry Cavill: Sherlock Holmes
Davis Thewlis: Grail
Susa Wokoma: Edith
Adeel Akhtar: Lestrade
Sharon Duncan-Brewster: Mira Troy
Sofia Stavrinou: Joven Enola
John Parshall: Joven Sherlock
Elena Bonham Carter: Madre de Sherlock y Enola Holmes
Hannah Dodd: Sarah Chapman



SINOPSIS:


Enola acepta su primer caso oficial. Para resolver el misterio de una chica desaparecida va a necesitar la ayuda de sus amigos... y de su hermano Sherlock.


LO QUE SE DICE:



Las páginas no tienen todavía aproximaciones cuantitativas, con excepción de la norteamericana Imdb que da una nota media de 6,6, basada en el voto de tan solo 586 de sus usuarios. Una cifra muy baja para lo que es habitual en este sitio.

Las reseñas de los críticos ofrecen estimaciones aceptables: tiene todo lo que necesita para ser una película de acción para toda la familia, divertida y con mucho encanto (Andrew Webster, The Verge); una película con mucho ritmo, que merece una secuela o varias (Arezou Amin, Collider); divertida pero fácil de olvidar (Benjamin Lee, The Guardian); secuela aceptable, mejorable en el futuro (Lovia Gyarkye, The Hollywood Reporter); película básica, simple y poco inspirada (The Playlist).


CRÍTICA: 


El film que dirige Harry Bradbeer evoca espléndidamente la Inglaterra victoriana, en la que Dickens situó su 'Corte de los Milagros' infantil, en la cúspide de la Revolución Industrial del Imperio Británico. Las víctimas son jóvenes obreras de una fábrica de cerillas, un trabajo espantoso cuando se hacia manualmente, con imágenes de la entrada en la fábrica que evocan la famosa salida inmortalizada por los Hermanos Lumière. Grupos numerosos de mujeres, acostumbradas a vivir entre las ratas, en algún caso rodeadas de libros (el propio Goya nos legó en sus pinturas negras la imagen de unos trabajadores apiñados en torno a uno de ellos que lee un periódico, un testimonio de la ilustración de algunos de ellos, que en la era tecnológico parece haberse evaporado en parte). Nada impide que la recepción de cantidad de información pueda dar un salto cualitativo y convertirse en calidad, de acuerdo con los teóricos más afamados que captaron la desazón que se instaló en algunos pseudointelectuales con la aparición de la TV, especialmente Marshall McLuhan y Umberto Eco)  pero estas transformaciones exigen periodos largos de transición. Una de las víctimas ocupa un aposento modesto que dispone de una importante estantería de libros. Recordemos que muchas grandes novelas se lanzaron al mundo en forma de fascículos, y sus lectores, al tiempo que seguían con interés la historia de Magdalena , escrita por Victor Hugo (entre otros muchos relatos), se empapaban del proceso de la revolución francesa con todo lujo de detalles. El director y su co-guionista Jack Thorne han sabido captar esta atmósfera, entre otras razones porque forma parte de una tradición del lenguaje audiovisual británico, que el espectador occidental ya ha descontado entre los valores de un film; a mí me llamó poderosamente la atención esta biblioteca en un modesto aposento, así como los mensajes encubiertos que recibía las chicas, que compaginaban su trabajo en la fábrica con otro de carácter algo diferente, que ponía el broche a la explotación femenina: su incorporación a coros de varietés en las que las mujeres se convertían en carne de explotación por los hombres.

Este es el marco en el que se inscribe un relato, al que se añade un hecho que acompaña a todas las historias de la transición entre sistemas económicos: una epidemia, que no es global como la nuestra, cuya expansión se ve favorecida gracias a la movilidad de una sociedad que se desplaza en pasajes de low cost, llevando los virus de un sitio a otro. En este caso la epidemia que se ceba en la población mal alimentada, impulsando el ciclo de la muerte (crisis económica, carencia, debilidad de los cuerpos, enfermedad, guerra y muerte), es el tifus. Enola es una mujer aguerrida, pero al fin necesita del apoyo de su hermano, un hombre al que se abren las puertas, Sherlock Holmes, y que encontrará la relación entre la modesta investigación de su hermana, y el gran bocado a la corrupción que está investigando. Como es habitual en este género de época, no falta el baile de la alta sociedad, tomado desde un plano cenital, y a los que las jóvenes 'honestas' debían ir acompañadas de una 'carabina', sin la que no podían hablar con los del sexo contrario, un detalle sobre el que no había reflexionado quien se sentía impulsada por la necesidad de actuar,  momento en el que Enola, habrá muchas otras ocasiones-, rompe la cuarta pared del relato audiovisual y apela a un público claramente diacrónico. La presencia de mujeres  afroamericanas. Belle dirigida por Amma Asante, bien posicionadas no es nueva, mujeres que no tardan en aprender la gramática del lenguaje no verbal con el que dialogan con los hombres, que fue estudiado por Ángel López en su 'Gramática Femenina', mucho más amplia porque es más actual: con sus abanicos comunican lo que no pueden hacer con su boca. "Sin poder, dice una de ellas, las mujeres necesitamos ingenio para poder tener fortuna, pues tenemos pocas oportunidades", al tiempo que le deja su 'aventador parlante' a la detective primeriza. Un buen ejemplo del camino que han seguido las féminas hasta el siglo XXI, y que ahora no pueden permitirse tropiezos. "Yo dirijo y tú me sigues', dice Tewkesbury a Enola, y ella responde: ""Eso parece un error"...

Enola, primeriza en la profesión, se enrola en algo más grande de lo que esperaba , detrás del que parece estar el 'Napoleón del crimen", James Moriarty, un personaje ficticio creado por Arthur  Conan Doyle, aunque, cuando la deducción no es suficiente para resolver un caso criminal, Harry Bradbeer no duda en introducirse por otro camino, el uso de una violencia moderada, apoyado en quienes están más cerca de las prácticas de la alborotadora madre de los Holmes, encarnada por Helena Bonham Carter, una  forma de designar a las que trabajan como ella o utilizan tácticas parecidas. Este relato  va dejando pequeñas huellas de la actitud de la mujer en la cima de la revolución industrial, tan sutiles y elegantes que hacen pensar a más de una que es una inocente y plácida historia para ver en familia un domingo por la tarde, sin percatarse de que hay imágenes que se quedan grabadas en los cerebros de cualquier edad y que tienen su importancia, en una época en la que la mujer era mucho más intrépida que ahora en la lucha por su igualdad, dejando algunos iconos en el camino como Mary Wollstonecraft, su hija Mary Selley, y muchas otras que reclamaron su derecho la sufragio en las calles, además de en los salones y en los bailes, como hemos visto. De manera más violenta, el relato une las prácticas en las que se inicia Enola, sin despreciar a los aliados masculinos que puedan contribuir a su liberación uniendo fuerzas, de manera que harán más ruido del que nunca pudieron imaginar. Un feminismo de otra manera al de las centennials actuales, que nos ha traído donde estamos, aunque falta camino por recorrer. Curiosamente, mientras ellos les enseñan el diálogo del baile, la hija de un alborotadora le enseña a su amante la estrategia de la lucha. Irónico y divertido. La batalla final se librará por mujeres apoyadas en hombres progresistas contra el resentimiento que provoca, en este caso, ser mujer, más que pobre y con un color de la piel diferente, aunque las tres cosas unidas aumenten el odio del afectad@. El resultado, otra forma de lucha, el movimiento de las mujeres que trabajaban en las fábricas que usaban productos nocivos para su salud que los propietarios de las factorías ocultaban tras una epidemia; una huelga real, protagonizada por Sarah Chapman, interpretada por Hannah Dodd, la verdadera protagonista de la revuelta con poca presencia en una historia de detectives , el primer movimiento de mujeres hecho a favor de las mujeres, que mejoró sus condiciones laborales para siempre. Las cámaras  de Bradbeer recogen una salida de la fábrica muy diferente a la tomada por los industriales Hermanos Lumière. En definitiva una  historia bien contada, que puede ser vista por toda la familia; algo quedará del subtexto.



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