Cambio de princesa. Mike Rohl. Ficha de identificación y crítica.

 


El copyright de las imágenes pertenece a sus autores

y/o las compañías productoras y distribuidoras


UN CUENTO DE HADAS CON PRETENSIONES DE MODERNIDAD, NO APTO NI PARA LOS NIÑOS MÁS DESINFORMADOS


Ficha de identificación:

Título original: The Princess Switch
País: Estados Unidos
Año: 2018
Duración: 101 miniutos
Género: comedia romántica, cuento de hadas

Dirección: Mike Rohl
Guion: Robin Bernheim, Megan Metzger
Casting: Carolin McLeod
Dirección de Fotografía: Viorel Sergovici, Lulu de Hillerin
Música:Terry Fewer
Edición: Charles Norris

Diseño de producción: Sorin Dima
Compañías productoras: Netflix, Motion Picture Corporation; distribución: Netflix


Reparto:

Vanessa Hudgens: Stacy De Novo
Sam Palladio: Edward
Nick Sagar: Kevin
Alexa Adeosun: Olivia
Susanne Braun: Mrs. Donatelli
Mark Freischmann: Frank
Sara Stewart: Reina Carolina
Pavel Douglas: King George
Amy Griffiths: Brianna


SINOPSIS:




Una pastelera  de Chicago y una futura princesa descubren que parecen gemelas; la princesa propone a la joven empresaria de Chicago hacerse pasar la una por la otra durante cuarenta y ocho horas.


LO QUE SE DICE:

El film ha sido contemplado como una forma de entretenimiento banal, un cuento de hadas, que en países adustos como España no merece un aprobado, ni dirigido a este público, una actitud que se refleja en una nota media de  4,4, de acuerdo con el voto de 1,116 lectores, una media que la norteamericana Imdb eleva a 6, según 29,000 de sus usuarios. No se han encontrado reseñas de prensa.


CRÍTICA:



Aunque las comedias navideñas son un aparente entretenimiento sin pretensiones, tienen una fuerte carga ideológica, ya que lo que se ha dado en llamar en la actualidad espíritu navideño es ocupar hasta el último espacio de los rincones más emblemáticos del centro de las ciudades de color, luz, imaginación, con el objetivo de promover experiencias vicarias en los desahuciados por la fortuna, pertenecientes las clases más empobrecidas, que, en la medida de sus posibilidades pueden hacer unas galletas, coser unos calcetines, o, como mostraba la felicitación de Guardianes de las Galaxias, utilizar productos de reciclaje para hacer felices a los suyos. No es despreciable lo que se puede hacer con estos restos, como demuestra una de las películas más duras que se pueden ver, dirigida por Johnny Deep, 'El Bravo', cuyo protagonista es un patriarca indio, un hombre-rata que vende su cuerpo a un cacique, interpretado por Marlos Brando, para con el dinero que le de a cambio de cazarlo sacar a su familia del estercolero.  hay historias reales que superan esta ficción, que no procede contar en este lugar. Al mismo tiempo, estos films tienen otro objetivo: llevar a los feligreses a las iglesias, recordándoles, sirviéndose de las ausencias de quienes se sientan o se sentaban habitualmente a la mesa, que el hombre es mortal. Por lo tanto, no podemos banalizar restando importancia a relatos que crean ideología.

Pero lo que ya puede enfadar al espectador es que lo consideren tonto. Que construyan personajes que creen sinceramente que Santa Claus es real, que es un viejo de barba blanca que vive en el Polo Norte y que, viajando en otra dimensión temporal, reparte juguetes a los niños de todo el mundo en 24 horas; una sinrazón que acaba aceptando como una diferencia su sesuda novia. Todos sabemos que hay niños en el mundo que nunca reciben regalos. Mike Rohl da un paso más y nos  tiene enredados durante 101 minutos en un cuento de hadas edulcorado (los verdaderos cuentos clásicos eran extremadamente crueles, tanto que ahora hay que adaptarlos a los niños de hoy,  muy sensibles) , y sitúa a sus personajes en un tebeo de colorines, creando una diégesis pastelera (no panadera, como se empeñan los dobladores, a pesar de que vemos a la protagonista siempre haciendo y vendiendo pasteles), en la que no falta un solo icono navideño. En este contexto de personajes inmaduros, deslizan, director y guionistas todos los tópicos respecto a lo mal que viven los ricos, los nobles, los príncipes salidos de un cuento, a los que ahogan las responsabilidades y el protocolo (este es su trabajo) y lo felices que son los plebeyos con sus cosas de escaso valor, pero que proporcionan la felicidad. La facilidad con la que todos los integrantes de este país fantástico aceptan con unas expresiones de contento desbordantes que el rey se case con la pastelera, sin que haya uno solo que cuestione este matrimonio tan atípico, es verdaderamente delirante. Claro, es Navidad!!! Y el relato carece de toda honestidad, pero tiene su público, al que le han construido secuelas, con los personajes más maduros por el paso del tiempo no por el desarrollo intelectual, a las que han denominado '(Re)cambio de princesa' 2 y 3, en las que Vanessa Hudgens llega a desdoblarse en tres papeles y todas las trampas imaginables para que nadie se moleste. Increíble. Una tarjeta de Navidad de purpurina, llena de mentiras que ni un niño puede creer.

Disponible en Netflix.

Comentarios

Entradas populares