Los druidas en Julio César. La extensión de su imagen al cine, la TV y los juegos.

 



Julio César no sólo construyó una diégesis, a veces casi  premonitoriamente cinematográfica, del siglo en que su figura fue dominante. Escribió dos libros, De bello gallico y De bello civili, en los que utilizó el mayor efecto de distanciamiento  de que se puede servir un escritor, con el fin de dar apariencia de objetividad, narrando los acontecimientos como un espectador, sin implicare emocionalmente. Escribió estas obras en tercera persona, hablando de César como de alguien ajeno a él mismo. Además fue un observador preciso y ha dejado para la posteridad algunos apuntes etnológicos de la mayor importancia para el conocimiento de la cultura celta del siglo I a.C.

La escuela inglesa, una de las más prestigiosas en el estudio del mundo clásico y el dominio de la lengua latina, ha recogido buena parte de estas informaciones. Peter Berresford Ellis, en Druidas. El espíritu del mundo celta *, da buena cuenta de las narraciones de César. Frente  a la  Geografía de Estrabón, que era ante todo un ataque puntual contra los celtas, escrito como justificación para la Guerra de las Galias de Julio César, minusvalorando la intelectualidad celta y sus centros de enseñanza, y basándose en las actitudes pro-romanas de Posidonio. El general y estadista, pasó mucho más tiempo entre estos pueblos a los que intentaba someter a la Pax romana, por lo que sus informaciones de campo son mucho más valiosas.

En su De bello Gallico, libro VI, divide a los celtas en tres clases:

  1. Los intelectuales llamados Druides.
  2. La casta militar: Equites.
  3. El pueblo: Plebs.
Los druidas ofician el culto a los dioses, regulan los sacrificios públicos y privados y dictan las reglas sobre cuestiones religiosas. Un gran número de jóvenes se une a ellos para ser instruidos, y son tenidos en gran consideración por el pueblo. Actúan como jueces prácticamente en todas las disputas, sea entre tribus o entre individuos; cuando se comete un crimen, tiene lugar un asesinato, o surge una disputa acerca de una herencia o unas fronteras, son ellos los que juzgan el asunto y fijan la compensación a pagar y recibir por las partes en conflicto. A cualquier individuo o tribu que se niegue a acatar su veredicto se le prohíbe tomar parte en el sacrificio - el castigo más duro que se puede infringir a un  galo. Aquellos que se encuentran bajo esta prohibición son considerados criminales impíos. Todo el mundo los rehúye y evita estar cerca o hablar con ellos, por temor a recibir algún daño por contacto con el que no está limpio: si  aparecen como demandantes, les es denegada la justicia, y están igualmente excluidos de compartir cualquier honor. De bello gallico. Liber VI-XIII (puntos 4 a 7) .Notas. 1

 Su duro entrenamiento es objeto de gran atención de la  escritora galesa Manda Scott, que en su tetralogía sobre la reina Boudica o Boadicea, según la transcripción fonética, profundiza en la extensa formación en todas las ramas del saber, incluida la botánica, formación  oral que duraba veinte años y no excluía a las mujeres. Estos conocimientos dieron lugar a elucubraciones sobre el uso de la magia, que tuvieron reflejo en el famoso cómic de Uderzo y Goscinny, Asterix, y en uno de los personajes más emblemáticos del siglo XX y el cine moderno: el jedi. La guerra de las Galias figura entre los libros de cabecera de George Lucas, y su  personaje es el que más se acerca al diseñado por el romano: no es una casta, ni un sacerdote, ni un mago, sino un hombre sometido a un largo aprendizaje en todos los campos del saber humano, cuyo asesoramiento tiene gran peso entre los que ejercen el poder; la rebelión de uno de ellos, Anakin Skaywalker y su tránsito al lado oscuro provocará guerras destructivas. En la obra de César un druida realizará un papel contrario, el de la búsqueda de la paz, basada en tratados de amistad con Roma: el heduo Diviciaco.

Julio César, como ya sabemos, nos ha dejado importantes descripciones del pueblo celta, que los romanos llamaban galo. (Gallia est omnis divisa in partes tres, quarun unam incolunt Belgae,aliam Aquitani, tertiam qui lingua ipsorum Celtae, nostra Galli apellantur). El general fue amigo personal de algunos druidas, entre ellos el heduo Diviciaco. En el libro VI  nos habla de los druidas britannos y su organización:

Todos los druidas están bajo una sola autoridad, a quien ellos guardan el mayor de los respetos. A su muerte, si cualquiera del resto tiene unos méritos sobresalientes, ocupa la plaza vacante; si hay varios con méritos similares, generalmente, los druidas deciden la elección mediante votación, aunque, a veces, compiten entre ellos. Aquellos que están involucrados en disputas acuden aquí desde todas partes y aceptan las decisiones y los juicios de los druidas.(De bello gallico. VI-XIII(9).


Es curiosa toda la mitología de carácter esotérico y mágico que se ha desarrollado en torno a este grupo y a los lugares donde dicen que se reunían. Algunos afortunadamente científicos; como se observa en estos documentos, los misterios radican en un lugar muy diferente al que los sitúa la imaginación popular.


Los druidas han sido objeto de representaciones de todo tipo como el cómic de Asterix de  Goscinny y Uderzo, películas ju juegos como  World of Warcraft de Duncan Jonez, y películas como Druidas de Jacques Dorfman, entre otras muchas,




*Peter Berresford Ellis. Druidas. El espíritu del mundo celta. Oberon, Grupo Anaya, S.A. págs. 61-62)

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