Rumbo al infierno. La sociedad gaseosa en transición a la plasmática, sin forma ni volumen fijo.

 



Yeong Sango-ho construye un relato de ciencia-ficción, de orientación lovecraftiana, de los más inteligentes que se han producido en los albores de la era tecnológica. Analiza los efectos de la nanotecnologóa sobre la organización de la sociedad y la forma de su discurso, fiel reflejo de su pensamiento y las ideas que lo sustentan. Pocos van a dejar de entender lo que nos cuenta este coreano, que contextualiza su discurso en lo que Carlos A. Scolari llama 'Cultura Snack', gaseosa la mayoría de los que escriben, caracterizada por la brevedad, la frugalidad, la fractalidad, que supone el triunfo de los nanocontenidos y de nuestra atomización con ellos, sustentada por un ejército de youtubers, streamers, instagramers y broadcasters de todo tipo, que encuentran su unicidad en teorías tan simples que son capaces de encontrar nexos de unión entre todos ellos, alejándoles de la realidad compleja. Los poderes fácticos, en este caso formados por grupos de extrema derecha y la fusión de iglesias coreanas y divulgados en torno a una formación, 'La Nueva Verdad, que anuncia un Nuevo Orden, seguida por youtubers que controlan como marionetas a sus followers,  dispuestos a apalear a quien estos les indican, anuncian un castigo ejemplar. Todos ellos crean unos monstruos efímeros, que se esfuman una vez cumplida su misión de castigar al que ha ofendido a 'Dios'. Se habla ya de cultura plasmática, cuarto estado de agregación de la materia, sin forma ni volumen definido. Está por ver.


Recomiendo ver el film en Netflix y leer el artículo de cinelodeon.com, Rumbo al infierno de Yeong Sang. Crítica, y conocer a sus autores a través de la ficha técnica que incorpora el post. Una distopía muy actual.

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