El honor perdido de Katharina Blum. Volker Schlöndorff y Margarethe von Trotta











Ficha técnica:


Título original: Die Verlorene Ehre der Katharina Blum
País: Alemania del Oeste, RFA.
Año: 1975.
Duración: 100 minutos.

Dirección: Volker Schlöndorff y Margarethe von Trotta
Guión: Volker Schlöndorff y Margarethe von Trotta, basado en la novela 'Die verlorene Ehre der Katharina Blum" de Heinrich Böll.
Dirección de Fotografía: Jost Vaccano, Peter Arnold
Música: Hans Werner Henze.
Montaje: Peter Przygodda, Heidi Handorf, Ursula Götz.
Puesta en escena: Gunter Witte.
Equipo: Günther Naumann, Ute Burgmann.
Sonido: Klaus Eckelt, Willy Schwadorf, Wolfgang Löper.


Diseño de Vestuario:  Annette Schaad, Reinhild Paul.
Maquillaje:: Manlio Rocchetti, Sybille Danzer

Productor: Eberhard Junkersdorf,
Gestión general: Willi Benninger.
Gerente: Herbert Kerz, Jürgen Bieske.
Diseño de producción: Ute Burgmann, Günther Naumann.
Compañías: A Contracorriente Films, StudioCanal, Paramount-Orion/WDR/Bioskop-Film


Intérpretes:


Angela Winkler: Katharina Blum,
Mario Adorf: Comisario Beizmenne,
Dieter Laser; Werner Tögtes,
Jürgen Prochnow: Lwdwig Götten,
Heinz Bennent: Dr. hubert Blorna,
Hannelore Hoger:  Trude Blorna,
Rolf Becker: Staatsanwalt Hach,
Herbert Fux: Weninger,
Regine Lutz: Else Wolstersheim,
Werner Eichhorn: Konrad Beiters,
Karl Heinz Vosgerau:  Alois Straub
Angelika Hillebrecht: Frau Pletzer,
Horatius Haeberle: Funcionario Dr. Korten,
Henry Van Lyck:   'Schich' Karl,
Leo Weisse: Fotógrafo Schönner
Walter Gontermann: Padre Urbano,
Hildegard Linden: Hedwig Ploten
Stephanie Thönnessen: Claudia Stern,
Josephine Gierens: Herthe Scheumel,
Peter Franke: Dr. Heinen,
Achim Strietzel: Luding,
...


Sinopsis:


Cuando Katharine pasa la noche con un presunto terrorista, su tranquila y ordenada vida queda completamente destruida. De repente sospechosa. Katharina se convierte en víctima de una cruel campaña difamadora de la policía y un despiadado periodista sensacionalista.

Comentario:


Volker Schlöndorff y Margarethe von Trotta realizan un film denso, duro, plúmbeo, difícil de seguir hasta el final porque no da descanso a la retina en la contemplación de una, continua sordidez, sin altibajos, plana. Hace una crítica muy real de la democracía que imperaba en la República Federal y que no presentaba grandes diferencias con la República Democrática. Había libertad de prensa, pero mucha manipulación de los rotativos amarillos, que se han multiplicado en todo Occidente tras la caída del muro que separaba dos modos de ver la vida que se enfrentaban en una latente guerra que se llamó fría. Transmite la impresión de que todos los idealistas, activistas, anarquistas, comunistas y otros -istas se concentraban a un lado del muro, y todo el pequeño y germánico bienestar y unos fotógrafos y periodistas 'libres' que realizaban escraches incluso a moribundos, entre los que se encontraba la madre de la joven perseguida por los servicios secretos por enamorarse de alguien inconveniente.

La presión que ejercen sobre la protagonista es de tal calibre que acaban convirtiéndola en una terrorista auténtica. Su mayor pecado fue enamorarse y acostarse una noche con un revolucionario del este, aunque no pareció preocupar demasiado a su gobierno que aprendiera algo de Marx, que por otro lado era alemán, a través de los curas, o que fuera la protegida de un hombre rico que le regaló la llave de su enorme mansión en el campo, donde la mujer escondió a su amante de una noche, del que se enamoró profundamente. Quedan por clarificar algunos aspectos en torno al seguimiento y detención de la información en torno a un contacto puntual.

Todo es gris y oscuro, lento y pesado, repetitivo, y sólo tiene  la virtud de hacer que el espectador se sienta tan mal como los alemanes de 1975, a un lado y otro del muro. La unificación supuso un gran sacrificio para el pueblo germano y facilitó el camino de Angela Merkel a la Cancillería, tras el triunfo del CDU (Unión Demócrata Alemana), el partido popular de su país.Volker Schlöndorff y Margarethe von Trotta no pretenden resultar agradables y la verdad es que lo consiguen trasladar un clima mínimamente respirable casi quince años antes de la caida del muro llamado de la vergüenza.Lo cierto es que ni Volker Schlöndorff ('El tambor de hojalata'; recientemente ha estrenado 'Regreso a Mountak' ) y Margarethe von Trotta ( 'Hannah Arendt') no intenta swer complacientes ni cómodos y lo consiguen.






Comentarios

Entradas populares