Historia de un matrimonio . Noah Baumbach. Crítica




ESTAR SOLO ES ESTAR SOLO, NO ES VIVIR


Ficha técnica, sinopsis, lo que se dice (Pinchad aquí)



Crítica: 


Un realizador, Noah Baumbach, creador del estilo indie mumblecore, (Una historia de Hollywood, 2005; Margot y la boda, 2007; Greenberg, 2010; Frances Ha, 2012; Mientras seamos jóvenes, 2014; Mistress America, 2015; The Meyerowitz Stories,  2017), reaparece con un film en el que recupera parte del espíritu que animó su etapa como guionista de Wes Anderson (The Life Aquatic, 2004, y Fantastic Mr. Fox, 2007); dos actores que han asumido serias responsabilidades en los últimos tiempos, participando en proyectos millonarios de sagas importantes, Adam Driver, que comenzó su colaboración con Baumbach en While We're Young, y Scarlett Johansson, una actriz consagrada , que ha trabajado con los más importantes directores de Hollywood; un tema y un estilo, la imposibilidad bergmaniana de la permanencia en el tiempo de la pareja, narrada en el estilo dominante de las nuevas élites que enfrentan la recién estrenada era con un género que huye de los grandes temas transversales, anclado en movimientos de masas recientes, especialmente la presencia de las mujeres, fortalecida en la sociedad tecnológica, gracias a los potentes medios que favorecen la comunicación, y la triste intervención de las sólidas e inalcanzables instituciones que giran en torno a la 'Justicia' (jueces, abogados...) que exigen unos recursos de los que carece la mayoría de la población...Pero también se detiene en el análisis de dos binomios importantes, arraigados con fuerza en las dos zonas culturales en las que se pueden dividir los Estados Unidos de América: el culto y elitista Este, en cuya metrópolis más importante, New York, floreció una de las artes más antiguas y exquisitas, importada por los europeos al nuevo continente, el teatro, que ha hecho célebre Broadway, y la costa Oeste, el punto de mira de los colonos, que se dirigían hacia el extremo opuesto del país, alejados de los lugares de desembarco, donde buscaban nuevas tierras y oro, que impulsaron en sus nuevos asentamientos, no sólo el nacimiento del ferrocarril, sino la producción de máquinas que favorecieron la aparición del llamado séptimo arte, el cine, y el desarrollo de su Meca en California, donde se expandió el denominado por Noël Burch 'entretenimiento de los pobres'. Como ocurre con las gemelas de David SwiftTú a Boston y Yo a California', 1961), estos personajes emblematizan el enfrentamiento entre estas dos formas de representación: Nicol, una actriz de series californiana, y Charlie, un joven de Indiana, que, siendo muy joven y careciendo de arraigos familiares (sus padres eran alcohólicos) se traslada a New York y acaba convertido en el más entusiasta habitante de la megalópolis y uno de sus dramaturgos más sobresalientes, premiado con la beca MacArthur.


Este es el contexto, socio-cultural y geográfico, en el que Noah Baumbach sitúa unos de los conflictos más serios que amenazan a los hombres y mujeres, desde la perspectiva masculina, - se habla de un relato de auto-ficción, que refleja,en parte, el penoso proceso de separación del director, y su esposa, Jennifer Jason Leigh, y la pelea por quedarse con la custodia del hijo-, una historia partidista, según algunos críticos, que aporta la reflexión de que la idea del buen padre, se inventó hace apenas treinta años. Tras una breve presentación de los personajes, que realizan las voces en off  de Nicol y Charlie, un retrato muy bergmaniano, ilustrado con imágenes, y no realizado por una cámara fija como hace el cineasta sueco en 'Secretos de matrimonio' (1961), en el que Él dice de Ella: "criada entre actores y directores de Cine y TV  de Los Ángeles, hace que todos se sientan bien, incluso en situaciones incómodas; es competitiva, 'sabe conducir con marchas, lo dejó todo para seguirlo y trabajar para él como actriz", y  Ella dice de Él: "hijo de alcohólicos, es un hombre sensible que llora en el cine, no se mira en el espejo,realiza las tareas de casa y nunca se siente derrotado".  Sin solución de continuidad pasamos de estos retratos tan positivos a la manifestación explícita de todas las contradicciones que han ido lastrando y deteriorando una relación teóricamente tan perfecta. El problema más serio surge cuando ella, llevando detrás a su hijo, decide volver a su California natal, obligando al esposo a seguirla y realizar periódicamente viajes, atravesando el país, para los que no dispone de tiempo ni de dinero.

Como muchas parejas, en las que el rencor no ha hecho mella, deciden resolver sus diferencias amigablemente, pero pronto entenderán  que eso no es posible, y podrán observar como se embarran todas las relaciones cuando entran en el terreno judicial, en el que abogados de prestigio, con honorarios disparatados, imponen condiciones imposibles al contrario; pero también el público entenderá que las rupturas no son fáciles, y que los que ayer se querían, hoy pueden herirse de la forma más profunda, algo de lo que nadie puede asegurar que está libre, y, en algunos casos, consumen unos tiempos y unos recursos que la sociedad debiera dedicar a aquellas mujeres abandonadas por sus maridos, sin recursos y que deciden hacerse cargo de sus hijos. Noah Baumbach tiene un espacio para ellos, y estos se agradece., ya que delimita las diferencias entre las parejas en función de su estatus económico, que deriva, con frecuencia, en problemas verdaderamente graves. Charlie se lamenta, al fin, de la naturaleza del ser humano, que pierde gran parte de sus ilusiones por crear una pareja, cuando todavía es joven y puede soñar, y que ve que su sacrificio se vuelve en su contra cuando ha asumido responsabilidades que exigen la renuncia de sus aspiraciones más íntimas; no sabemos si este es el caso de Baumbach. Adam Driver cierra el film cantando 'Being Live' de Stephen Sondheim, un buen broche para esta historia que no deja flecos en su desarrollo y que trata un tema que consumió gran parte de los esfuerzos de Ingmar Bergman.

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