El caballero negro. Ui Seok Cho. Ficha de identificación y crítica

 


El copyright de las imágenes pertenece a sus autores

y/o las compañías productoras y distribuidoras


EL CAMBIO CLIMÁTICO Y LAS CONSECUENCIAS EN NUESTRO PLANETA PROTAGONISTA DE LA SERIE QUE DIRIGE UI SEOK CHO


Ficha de identificación:


Título original: Black Knight

País: Corea del Sur

Año: 2023

Serie. temporada 1; episodios 6; duración : en torno a los 50 minutos

Género: ciencia-ficción

Plataforma: Netflix

Recomendaciones de edad: La mayor parte de los países, con la excepción de Corea del Sur  o Reino Unido que rebajan en un año (mayores de 15) la recomendación de edad, sitúan ésta en los 16 años, aunque otros la alargan hasta los 17 , (Estados Unidos), o incluso los 18 (México) 


Guion y dirección: Ui Seok Cho

VFX:  Sune Reinhardt

Productor VFX: Morten Sthalhult

Productor ejecutivo: Ui Seok Cho

Compañías productoras: Project318; distribución: Netflix


Casting:


Kim Woo-bin

Song Segun-heon: Ryu Seok

Kang You-seok: Sa-wol

Esom: Seol-ah

Kim Eui-sung: Abuelo

Roh Yoon-seo: Seul-ah



SINOPSIS:


Hace cuarenta años un cometa chocó con la Tierra. La mayoría de continentes quedaron sumergidos bajo el océano y Corea se convirtió en un desierto. Solo un 1% de la población sobrevivió, se necesitan nuevos inventos y nuevas normas; el aire contaminado dio lugar al gran núcleo que convierte el oxoanion en oxígeno. La escasez de recursos provocó la división de la población entre el distrito general, el especial y el del núcleo mediante códigos QR. Aquellos que no fueron elegidos viven vidas miserables como refugiados. Algunos de ellos, hartos de la discriminación, de la falta de aire y la contaminación se convirtieron en cazadores y comenzaron a saquear. Loa repartidores suministran el oxígeno y satisfacen las necesidades básicas parra que la gente pudiera sobrevivir, atravesando el desierto y las zonas de aire contaminado, por lo que se tienen que defender de los cazadores, para llegar al lugar y hora designada... Deben también proteger sus camiones de los saqueadores, lo que los convierte en héroes especialmente entre los refugiados que no tienen código QR...Entre estos hombres excepcionales está el caballero negro interpretado por Kim Woo-bin.


LO QUE SE DICE:


La serie, como ocurre con la mayoría de las producciones surcoreanas, ha sido bien recibida por la prensa y el público, especialmente norteamericano, el más experto y amante del cine de ciencia-ficción, que lo tienen como muy propio de su cultura. La página norteamericana Imdb le otorga un 6,4, basado en el voto de 7000 lectores. Rotten Tomatoes eleva esta media por medio del índice de aceptación de la prensa, un 67% basado en 15 reseñas, y del 73 % del público, de acuerdo con la valoración de 100 usuarios.


CRÍTICA:


Corea del Sur aborda con sobriedad y energía una distopía, un género que todavía no ha llegado a la proliferación de títulos como sí ocurre en los dramas y las comedias, muy bien contextualizadas en el tiempo y el lugar en el que se sitúa la acción y que parecen entender mejor que cualquier otro cineasta el sueño de Godard, el de volver la cámara a un protagonista colectivo que nos interesa tanto porque habla de nosotros, de los espectadores. Ahora, a diferencia de lo que ocurre generalmente, el protagonista es un héroe individual que da nombre a la serie, un icono de un personaje emergente, en la vida real y en la ficticia, que es el encargado de satisfacer las necesidades de los miserables que se aglutinan en campos de refugiados y, a la vez, de defenderse a sí mismo y a su transporte de los sabotajes e intentos de robo de los más desesperados del campo de refugiados que no tienen QR que les permita penetrar en los distritos privilegiados.

Ui Seok Cho se introduce en los escenarios catastróficos de las distopías más notables, optando por la creación de una atmósfera irisada enrarecida reflejo de la luz de un sol mortecino, mostrando los bloques macizos de cemento envueltos en una calima en la que apanas se distingue el cielo del suelo, y nos transporta por los campos de refugiados, habitados por cacharreros, que forman, como los viejos campamentos romanos, una cuadrícula ocupada por búnkeres compactos, con apenas una abertura al exterior, en parte enterrados en el subsuelo, a los que se accede por una rampa cerrada por una especie de gatera, que nos lleva al interior de  estos habitáculos, todos iguales, como los de Vivarium (Lorca Finnegan), pero privados de atractivo, ya que su función es proteger no fascinar, señalados por unos códigos muy visibles para hacer posible la misión de los repartidores. Unos y otros finalmente fatales para cualquier ser humano.

Así pues la serie se caracteriza por la inmejorable creación de una atmósfera inviable, un buen trabajo de VFX y de los actores, pero sobre todo una contextualización estremecedora. Porque, si nos fijamos bien en el prólogo que he utilizado como sinopsis, que recita una voz en off visual, se nos habla de una catástrofe que algunos sitúan en 2071, pero que puede producirse antes, de la que sólo supervive un 1% de la población, que pronto se subdivide en clases. La mayoría acaba en esos campos de refugiados, porque no todos pueden formar parte de las élites que habitan en los distritos general, el especial o el del núcleo, a los que no pueden acceder por carecer de un QR que los identifica como residentes. De esto ya nos habló Neil Blomkamp en 'Elysium', y ya entonces señalaba en el diario Público Begoña Piña "la ciencia-ficción es el género de los pobres, y aquí no hablamos de descamisados o sansculottes como en otros periodos históricos, sino de saqueadores, víctimas y también de mutantes.

Si sigo insistiendo en ese 1% que salva la camisa es porque me viene a la imaginación el binomio 1/99% de que hablan los economistas cada vez con más fuerza, que ya esbozó tímidamente en su novela  'Un reportero en la Montaña Mágica' Andy Robinson en 2013, con un tagline muy explicativo: "Como la élite económica de Davos hundió el mundo", una realidad en la que estamos atrapados, y a la que parece hacer alusión el cineasta coreano. No sólo resiste el 1% de la población mundial, sino que la mayoría lo hace de forma miserable, ya que la sequía y la falta de recursos reducen las posibilidades de supervivencia de los que sobreviven. Así pues, si sumamos el cambio climático, precedido por lo que muchos expertos denominan calentamiento global, que explica la desertización del único núcleo poblacional existente, Corea del Sur, y algo que ha sorprendido a más de uno cuando ha visto a qué llaman muchos periodistas campos de refugiados, Ui Seok Cho nos conmociona con un relato que parece más una premonición que una distopía catastrofista. Una historia que apela a nuestra sensibilidad más que muchas de las narraciones que la precedieron, algunas de las cuales, quizá, solo buscaban el entretenimiento. Aquí las conexiones con la realidad ya forman parte del imaginario de una parte importante de la población.







Comentarios

Entradas populares