Rey Arturo: La leyenda de Excalibur.





Ficha técnica:


Título original: King Arthur: Legend of the Sword.
País: Estados Unidos.
Año: 2017.
Duración: 126 minutos.

Dirección: Guy Ritchie.
Guión: Joby Harold, John Jodge.
Casting: Reg Poerscut-Edgerton.
Dirección de Fotografía: John Mathieson.
Música: Daniel Pemberton.
Edición: James Herbert.
Dirección artística: Thomas Brown.
Decoración del set: Tina Jones.

Diseño de Vestuario: Annie Symons.
Diseño de maquillaje y peluquería: Christine Blundell.

Productores: Akiva Goldsman, Guy Ritchie, Tory Tunnell, Lionel Wigram.
Productores ejecutivos: Bruce Berman, David Dobkin, Steven Mnuchin,
Diseño de producción: Gemma Jackson.
Compañías productoras: Atlas Entertainment, Village Roadshow Pictures, Warner Bros, Safehouse Pictures; distribución: Golden Village Pictures.


Intérpretes:


Astrid Berges-Frisbey: la Maga,
Charlie Hunnam: Arthur,
Jude Law: Vortigern.
Djimon Hounsou: Bedivere,
Eric Bana: Uther,
Aidan Gillen: Bill,
Freddie Fox: Rubio,
Craig McGinlay: Percival,
Tom Wu: George.
...


Sinopsis:



El audaz Arthur (Charlie Hunnam) es un joven que vive en las calles de Londonium, actual Londres, donde dirige a su pandilla por los callejones de la ciudad. Su vida da un giro inesperado al toparse con la espada Excalibur, que marcará su futuro. Será entonces cuando Arthur se vea obligado a tomar algunas decisiones difíciles. Por un lado, tendrá que aprender a dominar esta espada y los poderes que conlleva. Además, se encontrará con nuevos personajes como una joven misteriosa llamada Guinevere (Astrid Bergès-Frisbey), y con nuevos retos como defender al pueblo de la tiranía del malvado Vortigern (Jude Law). (Cinesa).

Críticas: 

Ya nos estamos pasando de la raya de nuevo. ¿Cómo es posible que los realizadores que gozan del aplauso de espectadores cinéfilos choque siempre contra esta pared constituida por los críticos analógicos que están sin moverse un milímetro del cine que se hacía en la década de los 40 y 50, reproduciendo cada jornada el día de la marmota, atrapados en el tiempo? De nuevo el Tomatometer da unos índices de aceptación de los críticos 'inaceptable'. No es posible ser más demoledor. Tras consultar 201 reseñas, el índice de aceptación de la prensa es tan sólo del 28% (un suspenso sin paliativos), y de nuevo vuelven a chocar con un público que está, en líneas generales más formado que el de principios del siglo XX; algunos incluso tienen más capacitación, aunque pertenezcan a la era digital, que quienes quieren imponerles una senda. 25,248 usuarios han mejorado muchísimo esta media, y le otorgan su beneplácito con un índice de aceptación del 74% . ¿Podrán unos cuantos arruinar el proyecto de Guy Ritchie? Atenderemos a sus argumentos.

El director de tantas películas que nos han gustado (Lock, Stock & Two smoking Barrels, 1998; Snatch: cerdos y diamantes, 2000; RocknRolla, 2008; Sherlock Holmes, 2009 o The man from U.N.C.L.E., 2015) no puede haberse equivocado tanto. Es cierto que el proyecto de un peplum, un film histórico, de terror, o de ciencia-ficción, supone un reto importante y entraña graves riesgos. Aquí se la juega un director, pero esperamos que el fracaso no dependa de no haber reproducido aquellos gigantescos escenarios de cartón piedra, con la puesta en escena más inverosímil, como la 'Cleopatra' de Mankiewicz, en la que, al entrar la reina en Roma, en una cabalgata que emula la de moros y cristianos de Alcoy (la primera ciudad en la que se hicieron estos festejos), la espera Julio César, que fue asesinado por el simple rumor de que quería ser rey, a pesar de que había rechazado por tres veces la corona que le ofrecía Marco Antonio, vestido de púrpura con un cetro en la mano. Claro que el público de entonces estaba predispuesto a aceptar que había mozos-percheros en la época de 'La caída del Imperio romano' y no le preocupaba demasiado.



Con un elenco de lujo Ritchie acepta el reto. La respuesta de la crítica norteamericana ha sido feroz. Se acusa al film de ser una película vulgar para tiempos vulgares, (no como aquellos en los que triunfaba Charlton Heston), ruidosa, ampulosa y obvia, (Todd McCarthy, The Hollywood Reporter); repulsivo y ruidoso desfile de secuencias llamativas, con el único objetivo de abrumar, dice Peter Debruge de Variety. Quizás los nuevos cineastas sólo los quieren provocar, lo que resulta relativamente fácil; Michael Phillips tiene su gracia, cuando afirma que es un producto gris y oscuro (¿no era gritón y llamativo?) de uno de los directores más mediocre y con más éxito (Chicago Tribune). Sigue la letanía hasta que cruzamos el charco, basado en la imagen particular del director y el uso que hace del sonido. Estaba claro desde el principio.

Los compatriotas del director no lo ven todos así, y Peter Bradshaw (The Guardian) la considera un buen entretenimiento, si bien, por poner alguna pega, de desarrollo desigual. Pero cuando cambia por completo la orientación del gusto es cuando atendemos a la prensa sudamericana. Desde una posición absolutamente iconoclasta Guy Ritchie, el director de Snatch, desacraliza al mítico rey y orienta de verdad a su público, y así lo ve Pablo O.Scholtz: "(...) Volviendo a la película, parece tener demasiadas producciones como inspiración, con 300, de Zack Snyder, a la cabeza. A veces está bien dejarse llevar por el frenesí de la acción, despreocuparse de la credibilidad y lanzarse de lleno, como al balde de pochoclo. En ese sentido El rey Arturo, abrumadora, con su espectacularidad del comienzo y su estilo videogame del final, puede atraer a su público. Pero los que busquen algo de clasicismo enfilen para otra sala." (1) Ésta si es la clave: un film que no busca lo canónico, sino que lo zahiere. Para amantes de la provocación.




Sergio López Aguirre advierte de que : "Desde el momento en que se anunció que Guy Ritchie haría una película sobre la leyenda del Rey Arturo, fue natural pensar en el estilo que tendría dicha producción de Warner Bros. Habiendo ya visto el trabajo final, podemos asegurar que los fans no quedarán defraudados. Aquí tenemos a un Arturo que se crió en las calles de Londinium, todo a través del sello del realizador: edición y música." (...) " Conforme avanza la historia y vemos la presencia mística en el camino de nuestro héroe, sabemos que estamos ante un Rey Arturo mucho más literario y menos “histórico”. Aquí la magia juega un papel crucial entre nuestros héroes, pero al tratarse de una historia de origen, no esperen ver al mago Merlín –aunque sí existen conexiones con él–." (2) No parece que nos hayamos equivocado mucho en nuestras predicciones: un film que no gusta a quienes ya no estaban dispuestos a asistir al 'derrocamiento' de un mito, y que puede llegar a entusiasmar a los amantes de un cineasta caracterizado por la provocación.¿Quién no recuerda a Brad Pitt en Snacht: cerdos y diamantes ? Si Ritchie buscaba provocar a la grada, es cierto que lo ha conseguido.

Me da la impresión de que el director ha logrado todos sus propósitos. A mí no me asusta la provocación y desde luego no faltaré a la cita con un cineasta que me divierte, y me hace sentir el fragor del combate que se está librando entre el mundo analógico que decae y el digital que marcha imparable, aunque los frentes no coincidan con el análisis que hacen los expertos, que surgen como setas. La guerra desatada entre Warner y Wanda, propietaria ésta última de la cadena de cines CINESA, complica mucho el panorama y hace poco creíble los comentarios al respecto que se hacen desde grandes grupos editoriales. El cartel con el que la compañía de Wang Jianlin, propietaria del edificio en litigio que preside la Plaza de España en Madrid, que enfrenta a su alcaldesa, Carmena, con la compañía china, tapó el trailer de 'Rey Arturo...' simboliza el comienzo de una nueva era, en la que todavía da la impresión de que el mundo analógico tiene algo que decir.  La batalla se está produciendo a otros niveles. que reflejan mejor las páginas económicas de la prensa salmón.






(1) "El rey Arturo...": El hombre que sería rey. Diario Clarín, 10 de mayo de 2017.
(2) El rey Arturo: La leyenda de la espada. www.cinepremier.com



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