Benedetta. Paul Verhoeven. Ficha de identificación y crítica.

 


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CUANDO EL ESPÍRITU NO ENVEJECE Y LA CREATIVIDAD TE ACOMPAÑA HASTA EL FINAL DE TU VIDA.


Ficha de identificación:


Título original: Benedetta
País: Francia
Año: 2021
Duración: 131 minutos
Género: Drama, adaptación de legados históricos y novela

Equipo técnico-artístico::


Dirección: Paul Verhoeven (Delicias turcas, 1973; Robocop, 1987; Desafío total, 1990; Starship Troopers, 1997; Showgirl, 1995  Elle, 2016, entre otras )
Guion: David Birke, Paul Verhoeven, basado en la novela de Judith Brown 'Immodeste Acts: The Life of  a Lesbian Nun in Reinassance Italy¡
asting: Stephane Batut
Dirección de Fotografía:  Jeanne Lapoirie
Música: Anne Dudley
Edición: Job te Burg
Dirección artística: Eric Bourgues

Diseño de Vestuario: Pierre Jean Larroque
Responsable de peluquería: Virginie Duranteau
Responsable de maquillaje: Odile Fourquin

Productores: Saïd Ben Säid (Elle, 2016; Maps to the Stars, 2014...), Jérôme Seydoux, Michel Merkt
Productores ejecutivos: Conchita Airoldi, 
Compañías productoras: SBS Productions, Pathé, France 2 Cinéma, France 3 Cinéma, Topkapi Films, Belga  Productions, Belga Films Fund, Canal +, Centre National du Cinéma, Cine +...; distribución: Belga Films, Pathé, Avalón...


Reparto:


Virginie Efira: Benedetta Carlini,
Charlotte Rampling: Sor Felicita, Abadesa,
Daphne Patakia: Bartolonea,
Lambert Wilson: Alfonso Giglioli, el Nuncio,
Olivier Rabourdin: Alfonso Cecchi,
Louise Chevillotte: Christina,
Hervé Pierre: Paolo Ricordati,
Clotilde Courau: Midea Carlini,
David Clavel: Giuliano Carlini,
Guilaine Londez: Sor Jacopa,
Gaëlle Jeantet: Sor Petra,
Justine Vachelet: Sor Juliana,
Lauriane Riquet: Sor Rosanna,
Elena Plonka: pequeña Benedetta,
Héloïse Bresc: pequeña Cristina,
Jonathan Couzinié: Jesús.

Sinopsis:

Italia siglo XVII. Los padres de Bededetta, burgueses de clase media, compran el derecho de su pequeña hija a formar parte del conclave de monjas de un convento de Pescia, en la Toscana, y comienza a simular millagros desde niña. La historia es una adaptación de la novela de Judith Brown 'Immodeste Acts: The Life of  a Lesbian Nun in Reinassance Italy¡, que gira en torno a la homosexualidad de una de sus monjas, la protagonista y la acogida pobre de la que abusaban su padre y sus hermanos, que comenzó a simular visiones y estigmas con un objetivo determinado.

Lo que se dice:


De manera insólita coinciden las valoraciones de la página española Filmaffinity, que publica una nota media de 6,6, basada en el voto de 305 usuarios, y la norteamericana Imdb, que se apoya en una muestra más amplia, como viene siendo habitual: 1,300 usuarios. Los argumentos que dan los críticos son  que hay depravación, sacrilegio y provocación, pero también deseo, siempre sobre la base del éxtasis del cuerpo gracias a Verhoeven (Javier Ocaña, diario 'El País); genial fábula sonre la mentira y el poder ; hortera e irresistible (Luís Martínez, diario 'El Mundo'); Irregular, desmadre argumental (Carlos Boyero, diario 'El País'); un subrayado del carácter visionario del personaje, , su fe y su fuerzaa interior (Oti Rodríguez Marchante, Diario 'ABC'); representación de una Benedetta loca y macarra, maliciosamente divertida (Nando Salvá, diario 'El Periódico') ; Irresistible y atrevido discurso sobre la espiritualidad  Sergi Sánchez, diario 'La Razón'); disfrute lúbrico y lúdico...divertirá, escandalizará y se hablará de ella (Javier Zurro, El Español); su desvergüenza es su clave temática (Tim Robey, Telegraph); Verhoeven, que a sus 82 años sigue buscando el escándalo, no decepciona (Ben Kenigsberg, rogerebert.com,)...


Crítica:



Antes de meterme en harina quiero poner de relieve que el film me ha sorprendido muy gratamente porque el director con sus equipos técnicos y artísticos ha logrado contar una historia que no muestra los destrozos que ha hecho la pandemia en el cine, y nos retrotrae a otras película que firma el enfant terrible holandés, ahora de 82 años  y una gran vitalidad que jalonan su historia de cineasta rebelde y amante de la provocación (no es el único, recordemos a Luís Buñuel, Pier Paolo Pasolini o el austriaco Ulrich Seidl y su trilogía, Paraíso amor, Paraíso Fe y Paraíso Esperanza, tan iconoclastas como el director de  Benedetta). Su última película puede ser el postrero desahogo de este hombre, y no participo de la opinión de que es una historia presidida por la blasfemia y la provocación (no hay agravios a la divinidad en su relato) y sí una mirada sin prejuicios a unas mujeres que forman parte desde niñas de una congregación y que a medida que crecen comienzan a conocer el deseo, del que nadie les ha hablado, ni para bien ni para mal, y a buscar su satisfacción. Desde la otra orilla se contempla la historia como un esperpento blasfemo e irreverente que niega el derecho, en algunos casos del que observa estos hábitos desde fuera del contexto en el que se producen; pero no se puede negar que que el octogenario realizador ha demostrado un vigor extraordinario que le impide caer en lo simplemente pornográfico, aunque se pueda deleitar en la contemplación del cuerpo femenino, cuyo comportamiento pecaminoso reside en la imaginación del que observa más que en la explicitud de las imágenes, moviéndose entre la seriedad que exige un cuento que se ubica en tiempos de peste y contrarreforma, que aborda con una ironía que revela que no está en su intención ser equidistante. Desde que sus cámaras entran en el pequeño pueblo de Pescia, cualquier espectador avisado es consciente de que Verhoeven  no va a levantar demasiado los pies del suelo, como lo prueba el espectáculo soez y escatológico, muy relacionado con la dureza del momento, que se celebra en unas calles poco concurridas, y la atención que presta a los detalles que tienen su referente en los legajos históricos y la obra de Judith Brown que los envuelve con la oratoria literaria. El realizador nos reconcilia con el cine europeo.

Se ha hecho hincapié en el objeto que las dos mujeres protagonistas utilizan para aplacar su ansiedad sexual, el consolador-virgen o la virgen-consolador, que, en efecto recorre el relato desde los primeros minutos y lo atraviesa hasta el final, poniendo el acento en la homosexualidad de estas dos mujeres, que se complementa con el diabólico y ambicioso carácter de Benedetta, su egotismo y su ansia de poder que la empuja a la mentira, el engaño e incluso el fanatismo que sublima y oculta su verdadera ambición. Se ha hablado de sacrilegio, aunque acierta Luís Martínez cuando lo equipara a la revolución política y el escándalo que pretende provocar quien se considera legitimado para hacerlo. Busca el crítico su referencia en Luis Buñuel y en su axioma de que la fotografía detenida y en primer plano hace resaltar la malicia y el carácter surrealista de un objeto inocente (no tanto en este caso, porque la virgencita ya ha sido presentada al público en la primera secuencia), en algún caso fabricado en serie, no artesanalmente por Bartolomea como ocurre aquí, desplazando el significado y creando campos semánticos nuevos. A este subrayado sobre el contestado juguete sexual (justificado en el film por la pequeñez de los dedos de la 'sirvienta' de Benedetta ), añade Martínez una nota tan irónica como las de  Verhoeven: "... la célebre monja se alzó el viernes en la competición como la primera película programada en toda la historia del muy santo Festival de Cannes capaz de generar un 'merchandising¡ que ríase usted de la Guerra de las Galaxias. Y del Satisfayer".

Benedetta es la historia de unas mujeres que, como todas las demás, descubren, alcanzada la edad púber, el deseo sexual y lo satisfacen con quienes tienen más cerca de ellas, un placer pecaminoso, para quien no duda en vender las vocaciones, que se mezcla con la ambición y el ansia de poder, jalonado de momentos cómicos nada despreciables, desde que la novicia es todavía una niña y sufre un incidente en el claustro del convento, hasta que se lanza a los brazos de un Jesús de carne y hueso en su imaginación, hecho a su imagen y semejanza, o se abraza a un crucifijo en el que Cristo no tiene sexo, lo que puede dar lugar a múltiples interpretaciones; curioso el sueño en que un personaje ambiguo (¿Jesús?) la salva de una violación múltiple, pero ella lo rechaza porque es feo y está lleno de cicatrices. Es lógico que a una parte de los espectadores (hay quien está recogiendo firmas para que se mutilen las imágenes del consolador) les moleste y la vivan como una blasfemia, otros que la sientan como una liberación de sus prejuicios, y unos terceros que, entendiendo a un directos extravagante, extremo y claro, como dice Luís Martínez, que no está dispuesto a dejar de pisar cualquier charco, conocen bien al director de Robocop, Starship Troopers o Instinto básico, así como su forma de construir sus mensajes. Pero nadie se olvidará de este film y no sólo por el fetiche que incorpora.





sido tachado de director extravagante, extremo e incapaz de hacer una película redonda, pero de estilo claro .

Post de cinelodeon de 11 de enero de 2014.

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